Respuesta rápida: La insulina debe mantenerse en la nevera entre 2 ºC y 8 ºC hasta su uso. Una vez abierta, puede conservarse a temperatura ambiente (15-25 ºC) entre 28 y 56 días, según la marca. Evita siempre el calor, la luz directa y los cambios bruscos de temperatura.
La insulina es un medicamento esencial para las personas con diabetes, pero también presenta ciertos retos. Su administración diaria exige organización, constancia y una correcta conservación.
Uno de los puntos más importantes es su almacenamiento adecuado, especialmente en países como España, donde las temperaturas pueden superar los 30 ºC en muchas regiones durante gran parte del año. La insulina es muy sensible al calor, la luz y los cambios bruscos de temperatura. Si no se conserva bien, puede perder eficacia y poner en riesgo el control glucémico.
En este artículo te explicamos cómo guardar la insulina en casa, cuándo debe refrigerarse, qué hacer cuando está en uso y qué precauciones tomar al viajar con ella dentro o fuera de España.
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¿Qué es la insulina y por qué es tan delicada?
La insulina es una hormona fundamental para el metabolismo de los hidratos de carbono. Se encarga de facilitar que la glucosa (azúcar) que circula por la sangre pueda entrar en las células, donde se utiliza como fuente de energía. Sin insulina, la glucosa se acumula en la sangre, provocando niveles peligrosamente altos.
En personas con diabetes tipo 1, el sistema inmunitario destruye las células del páncreas que producen insulina, por lo que deben administrársela externamente desde el momento del diagnóstico. En el caso de la diabetes tipo 2, puede haber una producción insuficiente o una resistencia progresiva del cuerpo a esta hormona, y en muchos casos también se acaba requiriendo insulina para su control.
Existen dos tipos principales de insulina de uso terapéutico:
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Insulina de acción rápida (o insulina bolo): se utiliza en momentos puntuales, generalmente justo antes o después de las comidas, para controlar las subidas de glucosa provocadas por la ingesta de alimentos.
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Insulina de acción prolongada (o insulina basal): se administra una o dos veces al día para mantener los niveles de glucosa estables entre comidas y durante la noche.
Ambos tipos de insulina pueden encontrarse en diferentes presentaciones: viales, plumas precargadas o cartuchos, y se administran por medio de inyecciones subcutáneas o mediante bombas de insulina, un dispositivo más avanzado que administra dosis continuas.
La insulina es una proteína de origen biotecnológico obtenida mediante procesos de ingeniería genética. Al ser una molécula biológica, es extremadamente sensible al calor, la luz y los cambios de temperatura, igual que lo son productos perecederos como la leche o la carne. Si no se conserva adecuadamente en frío, pierde su estructura y deja de ser efectiva.
¿La insulina siempre debe estar en la nevera?
Sí, pero depende del momento en que se esté utilizando. Entender cuándo necesita frío y cuándo no, es clave para que conserve toda su efectividad.
Insulina sin abrir: necesita refrigeración
Toda insulina que aún no se ha empezado a usar debe mantenerse en la nevera, entre 2 ºC y 8 ºC. Esta es la temperatura ideal para conservar su potencia hasta la fecha de caducidad indicada en el envase.
- ¡Nunca debe congelarse! Si se expone a temperaturas por debajo de 2 ºC, se deteriora de forma irreversible. Si sospechas que se ha congelado, descártala inmediatamente.
- Insulina en uso: puede mantenerse fuera del frigorífico
Una vez que has abierto un vial o una pluma, o si ya has sacado la insulina para comenzar a utilizarla, puede permanecer a temperatura ambiente, siempre y cuando esa temperatura sea adecuada.
- Temperatura ambiente segura: entre 15 ºC y 25 ºC.
- Evita: radiadores, luz solar directa, dejarla dentro del coche o en ambientes donde la temperatura supere los 26 ºC.
¿Durante cuánto tiempo se puede usar la insulina fuera de la nevera?
El tiempo que la insulina puede permanecer estable a temperatura ambiente depende del tipo y la marca. Aunque la regla general es un máximo de 28 días, algunas insulinas pueden durar más.
Aquí tienes una guía orientativa:
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Lantus: hasta 28 días
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Humalog: hasta 28 días
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Novolog: hasta 28 días
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Fiasp: hasta 28 días
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Apidra: hasta 28 días
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Basaglar: hasta 28 días
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Humulin: hasta 31 días
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Novolin N: hasta 42 días
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Levemir: hasta 42 días
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Toujeo: hasta 42 días
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Tresiba: hasta 56 días
Consejo práctico: apunta siempre la fecha en la que abres el envase o lo sacas de la nevera. Así sabrás cuándo debes desecharlo, aunque aún tenga buen aspecto.
No te fíes solo del olor o la apariencia. Una insulina que ha superado su tiempo fuera del frío puede haber perdido eficacia, aunque se vea bien. Usarla puede dar lugar a niveles elevados de glucosa sin que lo notes inmediatamente.
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¿Se puede volver a refrigerar la insulina una vez abierta?
Sí, se puede, pero no es necesario. Una vez que la insulina ha sido abierta (o sacada del frigorífico para su primer uso), puede mantenerse a temperatura ambiente durante el tiempo recomendado por el fabricante, siempre que no supere los 25-26 ºC.
Si prefieres guardarla de nuevo en la nevera por comodidad o por seguridad (por ejemplo, si hace mucho calor), puedes hacerlo sin problema. No se va a estropear por volver a enfriarse.
Eso sí: refrigerarla de nuevo no prolonga su vida útil. El reloj empieza a contar desde el momento en que se abre o se saca del frío, y sigue corriendo aunque la vuelvas a meter en la nevera.
¿Qué pasa si no refrigeras la insulina?
Sabemos que refrigerar la insulina es clave para mantener su eficacia. Pero si te has olvidado de meterla en la nevera durante unas horas, tranquilo: no se estropea de inmediato.
¿Se estropea la insulina si no se refrigera?
Sí. Aunque pueda parecer intacta, la insulina es un medicamento altamente sensible al calor y a los cambios de temperatura. Si permanece demasiado tiempo sin refrigeración, o si se expone a temperaturas superiores a 25-26 ºC, empieza a deteriorarse de forma progresiva.
Lo que dice la ciencia: estudios de laboratorio han demostrado que la insulina expuesta al calor pierde su potencia poco a poco, incluso si su apariencia no cambia. Es un deterioro lento, pero real.
¿Puedo seguir usando insulina que ha estado sin refrigerar?
Dependerá de dos cosas: el tiempo y la temperatura. Aquí tienes una guía rápida:
✅ Probablemente sigue siendo segura si…
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Ha estado fuera del frigorífico menos de 28 días
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Se ha mantenido en un lugar fresco y protegido del sol
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La temperatura no ha superado los 25-26 ºC en ningún momento
❌ Debes desecharla si…
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Ha pasado más de un mes fuera del frío
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Ha estado expuesta a calor excesivo (coche al sol, radiador, etc.)
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Estás teniendo lecturas de glucosa más altas de lo normal tras usarla
Inyectarse insulina en mal estado no causará una intoxicación, pero puede ser totalmente ineficaz. Es como inyectarse agua: no reducirá tu glucosa y puede provocar una hiperglucemia peligrosa.
¿Cómo saber si la insulina se ha echado a perder?
Aquí tienes 3 señales clave para identificarlo:
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El tiempo: si lleva abierta o fuera del frío más del tiempo recomendado, descártala. Anotar siempre la fecha de apertura o de salida de la nevera es una buena práctica.
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El aspecto: la mayoría de las insulinas deben ser claras, incoloras y sin partículas. Si notas grumos, hilos, cristales o un aspecto turbio (en insulinas que normalmente son claras), no la uses.Nota: algunas insulinas como NPH son naturalmente turbias; lo importante es que no cambien de aspecto respecto a su forma habitual.
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Tu cuerpo te avisa: si notas que tu glucosa no baja como debería, incluso usando la dosis habitual, puede que la insulina haya perdido efectividad.
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¿Qué hacer con la insulina caducada?
Si crees que tu insulina está caducada o deteriorada, no la uses bajo ningún concepto. Las principales causas para desecharla son:
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Ha pasado la fecha de caducidad del fabricante
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Ha estado fuera del frigorífico más de un mes
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Ha estado sometida a temperaturas altas
¿Cómo desecharla correctamente?
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Retírala de su envase original y mézclala con algo desagradable (posos de café, arena para gatos…) antes de tirarla, para evitar riesgos con niños o mascotas.
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Los objetos punzantes (agujas, plumas, jeringas) deben desecharse en contenedores especiales, disponibles en farmacias o centros de salud.
¿Cuánto tiempo puede estar la insulina fuera de la nevera?
Como norma general, una vez que la insulina ha sido abierta o sacada de la nevera para empezar a usarla, puede conservarse a temperatura ambiente durante un periodo aproximado de 28 días.
- Siempre que la temperatura ambiente esté entre 15 ºC y 25 ºC, la insulina mantiene su estabilidad durante ese tiempo.
Casos especiales:
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Si la insulina ha sido mezclada, diluida o manipulada fuera de su envase original, debe usarse en un máximo de 14 días si no se refrigera.
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Algunas marcas concretas tienen tiempos distintos. Consulta el prospecto del fabricante o pregunta a tu médico o farmacéutico.
¿Qué se considera temperatura ambiente adecuada?
Se considera temperatura ambiente segura cualquier valor entre 13 ºC y 26 ºC.Por encima de ese rango, la insulina comienza a deteriorarse progresivamente.
Nunca debe exponerse a temperaturas superiores a 26 ºC, ni siquiera por períodos cortos.
¿Qué pasa si la insulina se calienta?
La insulina es muy sensible al calor. Si se expone a temperaturas por encima de 26 ºC o por debajo de 0 ºC, pierde eficacia. Cuanto más tiempo permanezca fuera del rango recomendado, más potencia pierde.
Situaciones de riesgo más comunes:
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Dejar la insulina en el coche en verano
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Guardarla cerca de radiadores o estufas
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Llevarla en el bolso o mochila bajo el sol
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Olvidarla en un balcón, ventana o terraza expuesta
Una insulina que se ha calentado ya no es segura. Aunque su aspecto no haya cambiado, puede resultar ineficaz al inyectarse y no controlar correctamente la glucosa.
En caso de duda, opta por un envase nuevo que esté refrigerado o acude a tu farmacia.
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Protege tu insulina de la luz
Además del calor, la insulina también se deteriora con la exposición prolongada a la luz, tanto la luz solar directa como la luz artificial de interiores.
- Siempre que sea posible, guarda tu insulina en un lugar oscuro o en un estuche opaco.
Si utilizas plumas de insulina, asegúrate de mantenerlas siempre con la tapa puesta cuando no las uses, para proteger el contenido de la luz y posibles golpes.
¿Cómo proteger la insulina fuera de casa?
Si vas a pasar varias horas fuera, estás de viaje o vives en una zona donde el calor puede ser un problema, es fundamental que tomes precauciones especiales para proteger tu insulina. Al ser un medicamento biológico, cualquier exposición al calor o a condiciones inestables puede deteriorarla rápidamente.
Aquí tienes una guía clara y práctica para mantenerla siempre segura:
Usa un sistema de refrigeración portátil
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Lleva tu insulina en una nevera pequeña, bolsa refrigerante médica o estuche térmico específico para medicamentos.
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Existen modelos diseñados especialmente para plumas, viales o cartuchos, con autonomía para mantener la temperatura estable durante varias horas o incluso días.
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Si haces viajes largos en coche, avión o tren, este tipo de solución es imprescindible.
Protégela del sol y del calor
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Nunca dejes la insulina al sol, ni siquiera unos minutos.
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Guárdala siempre en la sombra, y evita dejarla cerca de ventanas, radiadores, cocinas encendidas o dentro de un coche aparcado, aunque sea por poco tiempo.
Evita cambios bruscos de temperatura
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No saques y metas la insulina de la nevera constantemente. Cada cambio térmico contribuye a que se degrade.
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Si estás fuera de casa, mantén una temperatura lo más estable posible utilizando una funda térmica aunque no haga calor extremo.
Evita roturas accidentales
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Los frascos de insulina están fabricados con vidrio muy fino, lo que los hace extremadamente frágiles.
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Utiliza un protector de silicona para viales, que reduce el riesgo de rotura si se caen o reciben un golpe.
Resumen práctico: Siempre que salgas de casa con tu insulina, trátala como lo que es: un medicamento frágil y delicado. Una buena conservación no solo protege tu salud, sino que también evita desperdiciar tratamientos costosos.
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📌 Puntos clave:
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🧊 La insulina sin abrir debe mantenerse en la nevera entre 2 ºC y 8 ºC.
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🌡️ Una vez abierta, puede conservarse a temperatura ambiente (15-25 ºC) durante 28 a 56 días, según la marca.
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⚠️ Evita el calor, la luz solar directa y los cambios bruscos de temperatura, ya que deterioran la insulina.
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✈️ Usa estuches térmicos o neveras portátiles para conservar la insulina segura al viajar o en climas cálidos.
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🧴 Protege los frascos y plumas de insulina con fundas y mantén siempre la tapa puesta para evitar daños y exposición a la luz.
💬 ¡Nos encantaría saber de ti!¿Tienes algún truco para conservar tu insulina en verano? ¿Has probado algún estuche refrigerante que te haya funcionado bien?Déjanos tu experiencia en los comentarios o comparte este artículo con quien lo necesite. ¡Tu opinión ayuda a otros!
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Publicado originalmente: 15 de agosto de 2024